Los grabados ukiyo-e son hechos mediante el procedimiento siguiente:
El editor encarga a un artista un proyecto concreto para una nueva edición. El propio editor tiene que responsabilizarse de todos los aspectos de la edición, como la distribución y la venta.
Una vez elegido el formato, el artista realiza un dibujo preliminar (sumi-e) en tinta negra con pincel sobre un papel muy delgado, llamado mino, que envía al editor para su aprobación. En otras épocas el gobierno se encargaba de esta inspección.
Posteriormente, la asociación de editores tenía que aprobar el proyecto. En caso de aprobación se devolvía el dibujo original al editor, estampando en el dibujo un sello de aprobación; normalmente kiwame o aratame, aunque hay una cierta variación en estos sellos.
El grabador prepara la plancha en madera de cerezo salvaje, trazando las líneas del hanshita-e, las marcas y los sellos de aprobación. Deja en altura las zonas en las que se ha de aplicar el color.
Esta plancha es entintada e impresa, elaborándose así copias muy semejantes al dibujo original.
Estas impresiones son pegadas boca abajo a las planchas, y aquellas areas del diseño que van a ser impresas con un color en particular se dejan en relieve. Cada una de estas planchas imprime al menos un color en el diseño final.
El conjunto resultante de planchas de madera se entintan en distintos colores y son secuencialmente impresas en el papel. La impresión final contiene las impresiones de cada una de las planchas, algunas de ellas impresas más de una vez para obtener la intensidad correcta del color.
El impresor elegía los tintes vegetales apropiados o los colores de origen mineral, que endurecen con cola y mezcla de agua. Después aplica en cada plancha los colores pertinentes. Realiza algunas impresiones bajo la supervisión del dibujante, quien podía dar indicaciones sobre el tono de color, etc., para elegir la mejor. Esta impresión servía como modelo para el resto de la edición, una vez hechas las oportunas correcciones. También se elegían los colores que se utilizaban, que normalmente no podían ser más de siete u ocho, excepto que existiese un permiso especial.
Los grabados realizados ofrecen una importante cantidad de datos que nos permiten conocer su autor y los nombres de las personas que han intervenido en el proceso de creación (el editor, el grabador y, en ocasiones, el impresor). También suelen incluir la fecha de publicación por medio de los sellos de censura (se trata de sellos de aprobación de la obra)