Hace poco descubrí un documental realizado en 1987 sobre Hokusai, titulado «Hokusai Returns: Japan’s Greatest Ukiyo-e Artist» que puede verse en youtube
La película resulta muy interesante para los amantes del arte japones ya que muestra, paso a paso, el proceso de creación de los grabados ukiyo-e, por los artesanos japoneses que en 1986, restauraron as tablas originales de obras de Hokusai.
La verdadera historia comienza a principios del siglo XX, cuando William S. Bigelow (1850-1926), dona su colección de arte japonés al Museo de Bellas Artes de Boston. Bigelow era hijo de un destacado cirujano de Boston y él también se licenció en Medicina en la Universidad de Harvard en 1874. Después, se trasladó a Paris para continuar sus estudios en el Instituto Louis Pasteur. En París, en lugar de especializarse en cirugía como pretendía su padre, se inclinó por la bacteriología. También allí se inició su interés por el arte japonés y empezó a coleccionarlo. Cuando su padre lo presionó para que lo siguiera en su carrera de cirujano, Bigelow abandonó por completo la medicina.
En 1882, inspirado por las conferencias sobre Japón, impartidas por Edward Sylvester Morse, Bigelow viajó a Japón. Una vez allí, financió el trabajo de investigadores del arte japonés como Morse o Ernest Fenollosa, otro joven graduado de Harvard que enseñaba en Boston. Bigelow permaneció en Japón durante siete años y, con la autorización del gobierno japonés, Bigelow, Morse y Fenollosa pudieron explorar partes de Japón cerradas a los extranjeros durante siglos.
De regreso a los Estados Unidos, Bigelow donó aproximadamente 75.000 objetos de arte japonés al Museo de Bellas Artes de Boston. La donación otorgó al Museo de Bellas Artes albergar la mayor colección de arte japonés del mundo, fuera de Japón. Una distinción una distinción que conserva hoy en día.
Entre los objetos donados por Bilewod, se encontraba una colección de bloques de madera originales de ukiyo-e creados para la publicación de algunas obras de Katsushika Hokusai (1760-1849). También encontraron una carta suya autorizando al museo a realizar una nueva edición de la obras de Hokusai con los bloques de madera. Inmediatamente enviaron a Japón los bloques grabados en madera para que fueran restaurados por artesanos japoneses, y así poder imprimir una nueva serie de Ukiyo-e.
La película documenta el proceso de realización de las nuevas copias. Se presta especial atención al libro de imágenes, «Toto (Meisho) Shoukei Ichiran». (Vista de famosos lugares de interés de la capital oriental), que consta de dos volúmenes con once imágenes en color cada uno, ilustrado también con poesías de estilo cómico, irónico y satírico, denominadas “’kyōka”, que significa «poema loco», que estaba de moda entre los intelectuales de las grandes ciudades como Edo u Osaka.
Los dos libros son una especie de guía turística de los lugares más famosos de Edo y de los festivales comúnmente relacionados con ellos, con imágenes de gran encanto y originalidad. El libro tuvo tanto éxito que hasta tres editores hicieron distintas ediciones del mismo, hasta 1840.
El documental muestra la minuciosidad del trabajo, el perfeccionismo de los grabadores y el largo proceso de ejecución de cada ukiyo-e, en el que intervenían, además de los artistas, editores, grabadores e impresores.