La leyenda de los 47 Ronin cuenta la crónica de un hecho real que tuvo lugar en Edo entre 1701 y 1703, en la que un grupo de samuráis se convirtieron en ronin (samuráis sin señor) después de que su Daimio (señor feudal) tuviera que cometer seppuku (suicidio por harakiri) por haber agredido a un alto funcionario imperial.
Esta legendaria historia; que reúne muchos de los valores de la cultura japonesa como: la lealtad, el sacrificio, la perseverancia o el honor; alcanzó una gran popularidad. Años después, inspiró en 1748 la obra de teatro de Kabuki, denominada Chushingura, que obtuvo un éxito extraordinario. Para evitar que la obra fuese censurada por el shogunato, los autores situaron la trama de la obra varios siglos antes, en el período Muromachi (1333-1568) y alteraron los nombres de los personajes.
Pocos años más tarde, en 1800 el apasionante libro Ehon Chūshingura, escrito e ilustrado por Hayami Shungyōsai (1767-1823) y publicado en 10 volúmenes, haría crecer la leyenda que ha llegado hasta nuestros días.
Hayami Shungyōsai nació en 1767, hijo de un comerciante de la antigua provincia de Yamashiro en 1767. Se sabe que aprendió a pintar con Maruyama Ōkyo (1733-1795), fundador de la escuela de pintura Maruyama.
A pesar de su preparación en dibujo y pintura destacó, entre los años 1800 y 1823, como escritor e ilustrador de ehon yomihon (un tipo de novela larga creada por la industria editorial de la zona de Osaka, que combina textos con ilustraciones cada varias páginas), un tipo de literatura muy popular de finales del período Edo. De hecho, los libros de Shungyōsai, a pesar de proceder de Osaka, también circularon por Edo (Tokio).
Aunque Shungyōsai utilizó el mismo el título de su antecesora: la obra de teatro de Kabuki Chūshingura no siguió la sinopsis de la obra, sino que se basó en el esquema general de los relatos históricos, manteniendo la tradición teatral de los nombres alterados.
La importancia de los libros de Shungyōsai se debe a que extendió la historia de Chūshingura entre el gran público, hasta el punto de que, a pesar de ser una historia novelada, fue aceptada por los lectores como una especie de ‘verdad’ histórica».
Hayami Shungyōsai dedicó sus últimos años a realizar ilustraciones para mapas topográficos. Falleció a los 56 años y sus restos se encuentran en el templo Kotokuji, Urateramachi-dori Takoyakushi-shita, Nakagyo-ku , en la ciudad de Kioto.