Los grabados ukiyo-e del área de Ôsaka, conocidos como Kamigata-e, tenían un estilo propio, tanto en la temática dedicada casi monográficamente al teatro del kabuki sin tocar temas como las cortesanas o los paisajes tan propios de los ukiyo-e de Edo (actual Tokio), como en los artistas: esencialmente aficionados, que se ganaban la vida en actividades ajenas a los grabados, frente a los de Edo, quienes eran claramente profesionales.
Los retratos de actores de Kamigata-e destacan por su realismo. En ellos es posible descubrir la fisonomía real del actor, su edad, y hasta su apariencia física. Mientras que los actores representados en Edo estaban totalmente idealizados, no solo no mostraban su edad, sino que aparecían siempre, jóvenes, elegantes y ligeros.
Hirosada (小西廣貞), (1847-1865) fue el pintor, ilustrador de libros y diseñador de grabados, Kamigata-e, más prolífico de Osaka y uno de los más importantes, a mediados del siglo XIX.
Kyômaruya Seijirô, -que es como se llamaba en realidad- es conocido por sus numerosos retratos ōkubi-e –literalmente, “cabeza grande” referido a retratos de primer plano- de los actores principales del teatro kabuki de Osaka, que comenzó a producir en 1841.
A partir de 1847, tras la relajación de las reformas Tempō (medidas gubernamentales introducidas en 1842 como respuesta a la corrupción y el caos social), Hirosada se convirtió en un importante diseñador de grabados, principalmente en los géneros kabuki-e (escenas del kabuki) y yakusha-e (actores de teatro). Algunas fuentes señalan que entre 1847 y 1852 Hirosada diseñó alrededor de 800 grabados, lo que lo convirtió en el más profesional de los artistas de grabados Kamigata-e,.
Estudió durante un tiempo con Utagawa Kunimasu (歌川國升). En el cuarto o quinto mes de 1852, visitó Edo, junto con Kunimasu y Utagawa Sadayoshi (歌川貞芳) donde los tres artistas de Osaka diseñaron fondos e insertos para grabados de dos series de Utagawa Kunisada.
Los historiadores de arte reconocen la estatura e influencia de Hirosada al que señalan como “la figura central del grabado de Osaka de mediados del siglo XIX y uno de los mejores retratistas del siglo XIX».
Los retratos de Hirosada tenían tal calidad que eran apreciados por todos -actores, compradores, críticos- tanto de su generación como de las posteriores y han servido de modelo no solo para artistas de las siguientes generaciones sino que han sido emulados hasta por artistas contemporáneos.
Los críticos señalan que los grabados ukiyo-e de Hirosada exploran tanto las líneas principales de las narrativas dramáticas del teatro kabuki como los diálogos emocionales más sutiles entre los personajes, incluyendo el reflejo imaginativo e interactivo de figuras y sus fisonomías más expresivas, algo inusual en los grabados de Osaka del siglo XIX. También aseguran que sus grabados están “entre los mejores y más originales de todo el género ukiyo-e.
La mayoría de las obras de Hirosada, a partir de 1847, fueron en realizadas en tamaño chūban (28×20,3cms) en lugar del ōban (39x27cm) de mayor tamaño que predominaba anteriormente. Fue especialmente célebre por sus polípticos (dípticos y trípticos). Estilísticamente, los polípticos destacan por sus «colocaciones imaginativas, recortes inusuales de figuras y fisonomías descriptivas» y por el «intercambio sutil e imaginativo entre las figuras».