Como ya explicamos en el artículo publicado en este mismo blog: “KUCHI-E ”GRABADOS EN REVISTAS LITERARIAS A FINALES DE LA ERA MEIJI” , la palabra japonesa «kuchi-e» se traduce literalmente como «imagen de la boca» y se refiere a los ukiyo-e que se insertaban como primera página de revistas y novelas literarias durante los últimos años de la era Meiji en Japón.
El nivel de los grabados kuchi-e, realizados por grandes artistas en una época en la que las técnicas de impresión en madera estaban muy desarrolladas, es notablemente alto. Algunos de los grabados kuchi-e en madera recuerdan por su calidad a los surimonos (grabados de gran calidad realizados por encargo) de la era Edo.
El propósito del kuchi-e era ayudar a los lectores a comprender la novela. En la mayoría de los casos, se representaba al personaje principal, o la apariencia y personalidad de los personajes junto con las costumbres de la época, en otros también trataban de mostrar el esquema de la novela o los acontecimientos que desarrollaba. Con solo mirar el kuchi-e se podían descubrir las características de la época, el estatus social de la persona, o la trama.
Uno de los primeros kuchi-e que han llegado hasta nuestros días fue el denominado Nankai Kimonyo Onshin de Utagawa Kunimatsu, publicado en 1884, junto con el llamado New Works de Shunyodo publicado cinco años después. Posteriormente, en 1902 (año 35 de la era Meiji y año 8 dela revista Bungei Club), se pintó como kuchi-e un retrato completamente independiente de una mujer hermosa. El número total de kuchi-e, antes de que se suspendiera su publicación en el Bungei Club, llegó a 295, de los cuales, 193 eran pinturas de bellas mujeres.
En la década de 1900, la impresión de kuchi-e alcanzó su máximo nivel de popularidad hasta tal punto, que los editores estaban convencidos de que las las revistas y los libros sin kuchi-e no se venderían.
En el año 2000, fue publicado el libro: Woodblock Kuchi-e Prints: Reflections of Meiji Culture, de Nanako Yamada y Helen Merritt que despertó un gran interés por los grabados kuchi-e entre los admirdores del ukiyo-e. En 2002, Nanako Yamada, publicó en la Sociedad Internacional Ukiyo-e, un catálogo de kuchi-e sobre el Bungei Club, Ukiyo-e Art, núm. 144, páginas 64-97, que completó en el año 2016 en el libro: A survey of woodblock kuchi-e prints. Bunsei Shoin. En él aparecen 112 artistas de kuchi-e y 1572 obras, por lo que ha sido de gran utilidad como fuente para la clasificación de los kuchi-e. De hecho, se dice que un kuchi-e es raro si no aparece en este libro.
Esos kuchi-e, difícilmente catalogables, suelen aparecer en libros que no son propiamente novelas, sino libros de cultura en general, en los que incluían kuchi-e como reclamo para facilitar su venta.
La Colección Bujalance, cuenta con algunos de estos kuchi-e que podríamos denominar raros, como los que presentamos a continuación.
El primero de ellos pertenece al libro titulado “Kokorisan” de 1902, un libro de cultura japonesa sobre creatividad en cerámica, moda femenina, linternas de piedra o flores de Sakura. En él, aparece un kuchi-e con la escena, bastante rara, de un misionero celebrando Misa ante samuráis en el siglo XVI, lo que demuestra la extensión de la fe católica entre los samuráis de aquella época.
El segundo pertenece al libro titulado “Tokyo fuzokushi” de 1900, que trata de la vida en Tokio durante el periodo Meiji. En él aparece el kuchi-e de una mujer con una niña en un paisaje nevado. Fue realizado por Tamioka Eisen, hijo de un samurái del dominio Matsushiro, que se formó como alumno de Kobayashi Eitaku y se especializó en representar mujeres hermosas.