El 22 de septiembre de 2020, la sala Christie de Nueva York subastaba, entre otros grabados de ukiyo-e, la famosa ola (Kanagawa oki nami ura) de Hokusai . La sala estimaba su precio entre 150.000 y 250.000 dólares, pero se vendió por 1.100.000 dólares. Tres años antes, el 25 de Abril 2017, también en la sala Christie’s de Nueva York se pagaron 943,500 dólares por otro ejemplar ese mismo grabado.
El 21 de junio de 2016 , el grabado Fukaku Shinobu koi de Utamaro salió a subasta en Francia, en la sala Beaussant asociada a Christie, valorada entre 80.000 y 100.000 euros y se vendió por 745.800 euros.
El junio de 2020 la sala Christie subastó online la obra de Utagawa Kuniyoshi (1797-1861), Takiyasha la bruja y el espectro del esqueleto, que salió con un precio estimado entre 70.000 y 90.000 libras y se vendió por 804.375 libras.
En 2013 Christie subastó 47 obras de Alberto Durero, el más famoso artista del Renacimiento alemán y alcanzaron un precio total final próximo a los 6 millones de dólares. Entre ellas destacó la xilografía «El rinoceronte» que fue vendida por 866.500 dólares
En diciembre de 2006, Christie subastó 170 grabados de Rembrandt. La obra más cara en venta fue el grabado ‘Cristo crucificado entre los dos ladrones: Las tres cruces’, que el artista realizó en torno a 1661 y que fue vendida por 467.300 libras.
En junio de 2012 un grabado de Pablo Picasso, “La comida Frugal” de 1904 fue adquirido en Christie de Nueva York por 1,945,250 libras. Batiendo un nuevo récord al convertirse en el más caro de la historia.
Uno de los grabados que Eduard Munch realizó a partir de su conocida Madonna en 1895 fue subastado en 2010, en la británica casa de pujas Bonhams, por 1,25 millones de libras, convirtiéndose en la pieza de esta técnica más cara vendida en Reino Unido y la segunda del mundo.
Si comparamos el precio de mercado de los grabados de grandes maestros japoneses con los grabados de los grandes maestros de la pintura occidental como Durero, Rembrant, Picasso o Munch, nos damos cuenta de que tienen un valor similar.
Resulta curioso que las obras maestras de ukiyo-e alcancen precios similares a las de los grandes maestros occidentales, si tenemos en cuenta que los ejemplares de las obras impresas de los maestros occidentales disponibles en el mercado, la mayoría de las veces, pueden contarse con los dedos de una mano, mientras que las de los artistas japonenes, en muchos casos superan los 100 ejemplares.
Esto se debe a que los grabados ukiyo-e se consideraban obras originales si habían sido impresas en vida del artista, aunque la primera edición, de la que se imprimían unos 600 ejemplares, era supervisada directamente por el artista y el editor y considerada más valiosa que las demás. Si está primera edición tenía éxito de venta, se podían llegar a imprimir hasta 10.000 ejemplares, como sucedió con la obra de Hiroshige, “Las cien vistas de Edo”. Muchos de esos ejemplares pueden haber llegado hasta nosotros y alcanzar hoy en el mercado los 100.000 dólares.